Ni son peligrosos para el medio ambiente ni amenazan la seguridad alimentaria. Así de contundente se ha mostrado el bioquímico y divulgador José Miguel Mulet en su paso por los micrófonos de SER Castilla-La Mancha para conversar sobre transgénicos con Sara Cebrián, María José Ruiz y Gabriel Rodríguez.

Convocado tras una petición de nuestra audiencia en Twitter, el autor del blog Tomates con genes ha comenzado definiendo “transgénico” como “un organismo que tiene un trozo de ADN procedente de otro organismo, introducido ahí con técnicas de ingeniería genética”. Mulet ha insistido en que la definición legal hace referencia al proceso y no al organismo en sí, puesto que algunas técnicas naturales que mezclan genes, como el injerto, no se consideran transgénicas.

Cuando un virus de cuela “de forma natural” en un organismo, la ley no lo considera transgénico. Como ejemplo, el genoma del boniato, recientemente secuenciado, con un 7 % de su carga de origen bacteriano. “La naturaleza, en eso de mezclar genes, es bastante promiscua”, ha sentenciado.

En su paso por CienciaTres, convertido este domingo en CienciaCuatro con este menú gourmet, Mulet ha explicado que los transgénicos no son solo cosa de la alimentación. La mayoría de los medicamentos, sobre todo los de origen hormonal como la insulina o la hormona del crecimiento son transgénicos, al igual que el aceite de colza o de maíz sin las semillas de las que proceden también lo son, así como los detergentes enzimáticos o la ropa fabricada con algodón asiático.

Los transgénicos deben su mala prensa a una campaña muy potente que se hizo en los años 90 por una coincidencia de factores: la rivalidad de las empresas europeas con Monsanto, primera empresa en disponer de un transgénico de uso agrario, y la crisis de las vacas locas y su relación con la alimentación. “La negatividad es básicamente europea y muy peculiar, porque solo estamos sembrando un transgénico, el maíz resistente a insectos, pero estamos importando 90”, ha sentenciado. En este punto, ha explicado que la normativa europea permite la importación y el uso, pero no la siembra. Castilla-La Mancha es la tercera región de España con mayor superficie de cultivo de este tipo de maíz. “El agricultor y el medio ambiente ahorran un montón de insecticidas”, ha dicho.

Pizza sin gluten

A la pregunta de una oyente, interesada en invitar a su amiga celiaca a una sabrosa pizza casera, Mulet ha señalado el trabajo del Instituto de Agricultura Sostenible, de Córdoba, donde un grupo dirigido por el profesor Francisco Barro ha desarrollado un trigo sin gluten, apto para celiacos. “Ese trigo ya existe, pero la ley es tan restrictiva que todavía no se puede comercializar”, ha dicho.

“Los transgénicos tienen futuro y tienen presente. Hoy sería imposible vivir sin transgénicos, aunque es una tecnología a la que todavía le queda recorrido”, ha sentenciado Mulet antes de señalar el trabajo científico de dos mujeres relacionadas con los transgénicos: Barbara McClintock y Mary-Dell Chilton.

Y en nuestra mediateca, como no podía ser de otro modo, María José Ruiz y Gabriel Rodríguez, han recomendado los libros de Mulet. En particular,  Transgénicos sin miedo y Comer sin miedo, disponibles en el  Centros de Interés ‘Ciencia a la carta’ de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.