Al ritmo de viejos conocidos como La macarena, La vaca lechera o Let it be, Boticaria García se hizo con el aforo (completísimo) de la Biblioteca de Castilla-La Mancha para inaugurar la tercera edición de Maridajes Cuánticos, ilustrar sobre la lista de la compra y desmontar falsos mitos de la alimentación.
En la presentación en Toledo de su tercer libro, El jamón de York no existe (La esfera de los libros, 2019), la farmacéutica y nutricionista reclamó “platos Portugal” (con la venia de Alcorcón y Torrijos) y arrojó luz sobre el desayuno (mucho mejor la fruta que el zumo, “aunque te lo haga tu madre con todos su amor”), la comida (“lo que engorda después de las comidas son las natillas y la siesta, no la fruta”) y la cena (“la ciencia no ha demostrado que los hidratos engorden por la noche”).
En el súper recomendó leer la tabla nutricional y la lista de ingredientes, identificar aditivos (particularmente el E621 o glutamato monosódico) y, en general, elegir alimentos con pocos ingredientes y, siempre que sea posible, sin etiqueta.
Explicó que el azúcar ataca las bacteroidetes, esas moradoras de la microbiota intestinal más abundantes en personas delgadas que en personas obesas, y retiró la pátina de bondad a alternativas como el azúcar moreno, la miel o la panela, todas ellas con más del 80 % de azúcares y sin contraprestación saludable clara. “Los mismos perros con distinto collar”.
Alertó sobre los reclamos del marketing sobre “lo natural”, “lo casero”, “lo artesano” y sentenció: “la quinoa es una lavadora de conciencias”; “lo détox no existe, para eso tenemos un hígado y un riñón”. En relación con los lácteos, explicó que la soja ofrece la proteína más completa de cuantos cereales y frutos secos están en la base de las bebidas vegetales y para los yogures apostó por la regla del 3-4-3 (proteínas-azúcar-grasa), esto es, “el blanco de toda la vida”.
En la panadería, mejor el pan 100 % integral, “el que lleva harina integral y no harina refinada con pintitas”. Y en la charcutería, el reino de ese inexistente jamón de York “porque la palabra york no está en la legislación”, recomendó el producto de mayor calidad (extra), con un 80 o 90 % de carne, frente a otras variedades como el extrajugoso, alrededor de un 70 % de carne, o el fiambre, con apenas un 50 %.
Finalmente arremetió con las carnes separadas mecánicamente que dan lugar a las salchichas y destapó el zorromostro superlativo, el fiambre de surimi, tras explicar que el los palitos de cangrejo “solo son pasta de un pescado por determinar con almidón y saborizantes”.
Boticaria García llegó, llenó, cantó y venció. Su adscritancia, entregada y ampliada, se rindió a los acordes del físico Lucas Pérez, y también a la impecable interpretación en lengua de signos de Ana M. Manzano, sublimadora de hits.